Una nueva investigación sugiere que la crisis económica mundial es un síntoma de una crisis más profunda de la relación de la civilización industrial con la naturaleza. La continuación de la crisis, sin embargo, no implica el fin del mundo sino que es parte del gran cambio de fase a una nueva forma de civilización que bien podría adaptarse a la realidad post-carbono y prosperar, o derrumbarse en la negación.