EL POPULISMO COMO DESARTICULADOR DE LA REPÚBLICA
Alberto Enrique D’Ottavio Noviembre 2014
En esta publicación, el autor describe el populismo y entre 29 características, citamos la siguiente:
- Recurre a un liderazgo único de carácter providencial y persigue la suma del poder público con el propósito de imponer políticas a libro cerrado en el Parlamento (que pasa a ser una suerte de escribanía del Poder Ejecutivo) o de concretarlas lisa y llanamente a fuerza de decretos. A este respecto, Max Weber asevera que “la entrega al carisma del profeta, del caudillo en la guerra o del gran demagogo no ocurre porque lo mande la costumbre o la norma legal, sino porque los hombres creen en él. Y él mismo, si no es un mezquino advenedizo efímero y presuntuoso, «vive para su obra». Pero es a su persona y a sus cualidades a las que se entrega el discipulado, el séquito, el partido”[1]
[1] Maximilian Carl Emil Weber (1864-1920) fue un filósofo, economista, jurista, historiador, politólogo y sociólogo alemán, considerado uno de los fundadores del estudio moderno de la sociología y la administración pública, con un marcado sentido antipositivista.
Etiquetas: Política
Mariano M. López
15 abril, 2015 A las 11:37 pmEs destacable la buena labor del autor del trabajo al describir con tanta claridad este tipo de gobiernos que lamentablemente se han instalado en Argentina y la región.
Sin embargo, al leerlo no puedo dejar de sentir indignación al identificar lo leído con la realidad argentina y el gobierno en cuyas manos se encuentra el destino de nuestro país. Personalmente, me resulta sorprendente e inentendible como este gobierno, u otro del color político que sea pero que reúna rasgos populistas, pueda llegar a contar con tan vasto apoyo popular.
Uno lee que el gobierno populista “silencia las noticia que puedan ponerlo en tela de juicio”, e inmediatamente se le presentan a la memoria los índices manipulados e inverosímiles de inflación oficial y los desconocidos niveles de pobreza. Encontrar enemigos a los que culpar de los propios errores es algo a lo que los que tienen a cargo la conducción del país nos tienen acostumbrados, y que tanta división ha creado entre los integrantes de la sociedad argentina. Sin duda, lo más lamentable es que estos supuestos líderes sean defendidos a pesar de su moralidad dudosa, porque en el pasado pudieron obtener algunos “logros positivos”.
¿Es utópico pensar en un gobierno dispuesto a construir a largo plazo, que tome las medidas adecuadas y necesarias, a pesar de que esto le signifique perder cierta popularidad ante la opinión pública?
Resultaría necesario hacer autocrítica y buscar los motivos por los cuales permitimos que nos seduzcan con propuestas políticas a corto plazo cuya única finalidad es captar nuestros votos.