“Quienes nos oponemos al uso de los transgénicos, y a otras innovaciones peligrosas de la ciencia, como la energía nuclear, ciertos inventos de la nanotecnología y la genómica o los agro-químicos, no estamos en contra de la ciencia de punta o de sus nuevos y prometedores campos. En lo que no creemos es en el dogma de que toda investigación científica es por principio moralmente buena y benéfica. A la biotecnología le esperan numerosos retos. El primero está ligado con la producción de alimentos. Sin embargo, los biotecnólogos deben antes ser lo suficientemente inteligentes y humildes como para lograr entender que el dilema alimentario actual es entre la opción agro-industrial y la agro-ecológica”.
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Etiquetas: Sustentabilidad